Hay muchas prácticas y doctrinas católicas que son evidentemente falsas y diabólicas, y que ningún protestaste o evangélico lo pondría en duda. Sin embargo, lo más grave de todo es que el reino de Dios, que es el evangelio que Cristo predicó, y que salva los que lo creen, el catolicismo romano lo ha trastocado radicalmente, dándole una interpretación ajena a la misma Biblia que dicen defender. 

 

 
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