La Palabra “Paraíso” aparece en sólo 5 pasajes de la Biblia: 2 en el Antiguo Testamento y 3 en el Nuevo. Los más importantes y significativos son los que aparecen en el Nuevo Testamento, pues tienen, además, un significado supra mundano o extraterreno. Millones de cristianos han leído el diálogo que sostuvo nuestro Señor Jesucristo con el llamado “buen ladrón” del Gólgota en Lucas 23:42, y que dice:
“Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, hoy estarás conmigo
en el paraíso.”
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo hoy, estarás con-
migo en el paraíso.”
“Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el TERCER CIELO. Y conozco al tal hombre…que fue arrebatado al PARAÍSO, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre ex-
presar.”
Aquí Pablo está hablando de que el paraíso puede ser el tercer cielo. Nótese que dice que fue “arrebatado al tercer cielo” y “arrebatado al paraíso” en el mismo versículo. Nuevamente aquí tenemos que reflexionar en lo siguiente: ¿Fue arrebatado Pablo al “tercer cielo”, y desde allí, nuevamente “arrebatado al paraíso”? ¿O es más bien que “paraíso” y “tercer cielo” significan lo mismo? Personalmente creo que “paraíso” y “tercer cielo” significan lo mismo. Entonces el “tercer cielo” es el “paraíso” en este versículo.
También es interesante que Pablo hable de que ese arrebatamiento pudo haber ocurrido “en el cuerpo” o “fuera del cuerpo”. ¿Qué se entiende por “fuera del cuerpo”? No lo sabemos exactamente. Tal vez “fuera del cuerpo” quiera decir, “en éxtasis”, o “en visión” (verso 1). Pero lo cierto es que esta persona arrebatada (muy probable Pablo mismo) oyó palabras inefables que no se pueden explicar.
Paraíso y el Árbol de la Vida
El tercer pasaje que nos habla del paraíso lo encontramos en Apocalipsis 2:7, que dice:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré de comer del ÁRBOL DE LA VIDA, el cual está en medio del PARAÍSO DE DIOS.”
Ahora obsérvese que EN MEDIO del llamado PARAÍSO está EL ÁRBOL DE LA VIDA. Este detalle del “árbol de la vida” en medio del “paraíso” es clave para entender lo que es el paraíso ofrecido por Jesús al “buen ladrón” de la cruz. De manera que hay que averiguar en qué otros pasajes del Nuevo Testamento encontramos ese misterioso “árbol de la vida”. Pues bien, gracias a Dios que tenemos otros versículos. Veamos Apocalipsis 22:2 y14, que dicen:
“EN MEDIO de la calle de la CIUDAD, y a uno y otro lado del río, estaba el ÁRBOL DE LA VIDA…bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la CIUDAD.”
Ahora comparemos con atención los textos de Apocalipsis 2:7 y Apocalipsis 22:2,14, porque ambos textos nos dan mucha luz sobre el llamado “Paraíso de Dios”. He aquí 4 puntos:
1.- El árbol de la vida está en medio del Paraíso de Dios (Apo. 2:7).
2.- El árbol de la vida está en medio de la calle de la Ciudad (Apo. 22:2).
3.- El Paraíso es una Ciudad, puesto que se nos dice que el árbol de la vida está en medio del Paraíso y de la calle de la Ciudad. (ver n°.s 1 y 2).
4.- Los cristianos verdaderos están llamados a entrar por las puertas de dicha Ciudad Celestial donde está el árbol de la vida.
El Paraíso y La Ciudad
Queda demostrado que el paraíso está estrechamente ligado a la ciudad celestial (“tercer cielo”). Nosotros, como cristianos, somos ciudadanos de esa ciudad celestial. Pablo afirma que “nuestra ciudadanía está en los cielos…” (Filipenses 3:20). Obviamente la palabra ciudadanía tiene que ver con una Ciudad. En nuestro caso, somos ciudadanos de la “Ciudad”, “Paraíso”, o “Tercer Cielo”.
El Paraíso Bajará a la Tierra
Lo siguiente es crucial y clave para entender la promesa de Jesús al ladrón de la cruz: ¿Subiremos al cielo para entrar por las puertas de la Ciudad o Paraíso?¿Prometió Jesús a sus seguidores llevarlos al cielo para entrar al Paraíso o Ciudad Santa? ¡Esta es otra historia! En Apocalipsis 21:2 leemos algo interesante:
“Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, DESCENDER del CIELO, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
El apóstol Pablo también escribió:
“Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos LA POR VENIR.” (Hebreos 13:14).
Del Patriarca Abraham, se dijo:
“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba…porque ESPERABA LA CIUDAD que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” (Hebreos 11:8,10).
Aquí vemos que Abraham esperaba la ciudad (no dice, “esperaba ir a la ciudad”), a la cual se la llama también: “una patria” (Hebreos 11:14). Leer Hebreos 11:13-16.
La Casa de Dios
Todo lo dicho hasta ahora tiene que ver con “La Casa de Dios”. Nuestro Padre celestial nos hizo a Su “imagen y semejanza” (Génesis 1:26). Es decir, Dios es un Padre de Familia (Leer Efesios 2:19). Así también los hombres forman familias y se convierten en padres. Dios tiene su Casa Propia en donde vive (Salmo 26:8). Así también el hombre edifica una casa en donde vive con su familia (Leer Isaías 65:21). Recordemos que Jesús habló de “la Casa de mi Padre” en Juan 14:2,3.
En 2 Corintios 5:1 Pablo dice: “…tenemos de Dios un edificio, UNA CASA no hecha de manos, eterna, en los cielos.” Por otro lado, es interesante lo que Pablo dice a los Hebreos (9:23,24) con las siguientes palabras: “Fue, pues, necesario que las FIGURAS DE LAS COSAS CELESTIALES fuesen purificadas así; pero las COSAS CELESTIALES MISMAS, con mejores sacrificios que éstos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano FIGURA DEL VERDADERO, sino en el cielo mismo para presentarse ahora delante de Dios.”
Lo que Pablo revela es que en el cielo hay algunas COSAS, como por ejemplo, un santuario verdadero. En Hebreos 8:1,2 nos habla del tabernáculo que Dios levantó en el cielo, y no el hombre. Igual ocurre con la ciudad celestial, “cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Si amigos, en el cielo HAY COSAS REALES o VERDADERAS hechas por la mano de Dios. Ese tabernáculo de Dios, donde Él mora, bajará a la tierra y “Dios estará con los hombres, y él morará con ellos.” (Apocalipsis 21:2,3).
Es evidente que los justos permanecerán en esta tierra (Proverbios 2:21), y Dios vendrá con su Ciudad Santa, Paraíso, o “Tercer Cielo” a la tierra. Entonces los justos entrarán a la Ciudad o Paraíso—¡en la tierra!. (Proverbios 11:31).
Conclusión
El “buen ladrón” recibió una promesa de Jesús que bien pudo haberse cumplido en ese mismo día, a través de una visión o éxtasis; o bien sería cristalizado en un futuro, cuando fuese resucitado él junto con todos los creyentes, y cuando haya descendido la Ciudad o Paraíso a la tierra. Recordemos que Salomón dijo que el justo será recompensado en la tierra—¡No en el cielo! (Proverbios 11:31).
Los que afirman que el “buen ladrón” efectivamente subió al cielo con Cristo cuando ambos murieron en ese mismo día, se encuentran con el problema de que Cristo aún no había subido al Padre cuando resucitó al tercer día. ¡Claramente se lo dijo Jesús a María en Juan 20:17!
Lo que sí está claro es que el Paraíso tiene que ver con una CIUDAD celestial, llamada también “Tercer Cielo”, “Casa de Dios”, “Patria”, etc. Y también es claro que este Paraíso o Ciudad celestial bajará a la tierra para que los salvos puedan entrar en él y morar con Dios. No hay texto alguno que diga que escaparemos de la tierra, en dirección al espacio sideral, para ingresar al Paraíso o Ciudad celestial con nuestras “almas inmortales”, una vez muertos. La ‘oración del Padrenuestro’, y en especial, la parte que pedimos “VENGA TU REINO”, comprende todo esto que explicamos en este estudio.
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